Deprisa, deprisa...

Diego Tascón

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Así parece que debe evolucionar Internet. Muy rápido. Antes que los demás. Apenas tenemos tiempo de digerir las novedades cuando se presentan cosas aún más nuevas ...
Mi primer contacto con el mundo de las comunicaciones por ordenador fue en la universidad. Aquello de mandar mensajes por ordenador sin necesidad de que el otro estuviera conectado era toda una novedad para mí. Incluso teniendo que trabajar con un vetusto terminal de texto monocromo maltratado por el tiempo y los cientos de estudiantes que debían hacer sus prácticas en él.
Más tarde descubrí la posibilidad de bajar ficheros de otros ordenadores de cualquier parte del mundo. Otro paso excitante antes de que apareciera la revolución: el World Wide Web. Poder pasearte por servidores de todo el mundo sentado delante de tu terminal de la facultad. Por supuesto era en modo texto. Ni los terminales ni el Lynx que había instalado daban para más. No veíamos fotos ni diseños atractivos, pero disponíamos de una cantidad inmensa de información a nuestro alcance.
La histeria llegó cuando se decidieron a facilitar el acceso a Internet en los PCs. Netscape Navigator fue el primer navegador gráfico que vi. ¡Cómo cambiaba todo al verlo a través del dichoso programita! Cón él pasaron a la historia los momentos en que las salas de ordenadores estaban vacías porque no había prácticas por hacer.
Y ahora que estoy más metido en esto veo que todo se acelera. En menos de un año han aparecido tres versiones del MS Explorer. A quien decidió no incluirlo en Windows 95 todavía le deben doler los cabezazos que se dió contra la pared. Ya se han anunciado las versiones 5.0 tanto de Navigator como de Explorer sin que hayan salido siquiera las betas de las versiones 4.0 (¿tendrán tiempo de corregir los errores de programación con tanta versión?).
Fuera de los navegadores hay también batallas alocadas contra el tiempo y la competencia. En poquísimo tiempo han salido varias herramientas de desarrollo para Java o Intranets, editores de HTML (después de las horas que hemos invertido en aprender a usar las etiquetas ahora no te hace falta conocerlas) o programas para escuchar música en directo por Internet. Si hace tres o cuatro meses me hubieran dicho que se podía escuchar música con calidad de un CD me hubiera mofado del visionario. Claro que necesitas los dos canales de una RDSI para disfrutar de ello.
Se empieza a hablar de videoconferencia y transmisiones a altas velocidades cuando hay servidores que ya no dan abasto. Y no se trata de ponerles a todos 6 gigas de RAM como a Altavista.
Quienes trabajamos un poco con Internet más de una vez nos hemos sentido abrumados por la cantidad de novedades que se presentan y que sabes que nunca dominarás. Si después de 15 días de vacaciones te sientes desfasado, ¿no sería mejor tomárselo con más calma? Imagino que la competencia entre empresas no entiende de esto.
Si nos centramos en el desarrollo de aplicaciones se me antoja un problema primordial: la estimación de proyectos informáticos. Si con los lenguajes tradicionales (Cobol, RPG, ...) ya era difícil realizar cálculos sobre el tiempo y esfuerzo que se necesitarían para desarrollar una aplicación, con la aparición de los nuevos lenguajes (Java, Perl) y tecnologías (ActiveX y compañía) es, primero, difícil asimilar y dominar los lenguajes (que apuntaba arriba). En segundo lugar hay que invertir un gran esfuerzo en reciclaje y formación para estos lenguajes. En tercer lugar la estimación de un proyecto se hace imposible al no haber experiencia previa de el grado de productividad de un lenguaje y una herramienta predeterminados. Y por último es vital acertar cuál de las nuevas tecnologías sobrevivirá algunos años para amortizar la inversión que se tenga que realizar.
No sé exactamente cuál es la situación de cada empresa, pero imagino que muchos de los problemas que la evolución que comporta la aparición de Internet y todo lo que lo rodea deben venir por aquí.

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